Que a pesar de haber pasado tanto tiempo volando juntos, había llegado el momento de aterrizar. Y le dolió, no sabes cuánto, aunque sabía de antemano que nada es para siempre, y lo suyo no iba a ser una excepción. Porque desde aquel momento comprendió que lo más importante en esta vida es saber volar solo.
Hacía mucho que no te veía por aquí, se te ha echado de menos :(
ResponderEliminarLa verdad es que yo no creo en los para siempre, y creo que no hay nada mejor que saber desde un primer momento de que nada es para siempre y nadie se muere por nadie :/
Es precioso, como siempre. Hay que saber estar solo, para poder apreciar después la compañía.
ResponderEliminarUn beso :)
Claro, primero aprendamos a volar por nosotros mismos! Asi cuando nuestro compañero no está, no podamos caernos de sorpresa. Precioso tu blog ♥
ResponderEliminar