Aunque vayas perdiendo a 15 minutos del final, aquí todos arrastramos heridas, y también tratamos inútilmente de esconderlas. Al final quedará una historia, la tuya, que será de la forma en que quieras recordarla, pero ten claro que serán los actos los que digan tus palabras. Serás tú ante ti mismo, sin chaleco salvavidas. Y no es malo.
Al fin y al cabo de algo hay que morir. O de alguien...