Y llega el día. Ese día en el que de una forma u otra ya no piensas tanto en él.
Te das cuenta que fuiste una ilusa, que no quedan esperanzas, y que las ilusiones hace tiempo que terminaron.
Que ya nunca lo llegarás a querer como aquel día.
Pero también comprendes que nunca podrás escribirle a nadie esas frases.
Sí, lloré, lloré mucho, demasiado, no se lo merecía, pero no solo fueron lágrimas, fueron un montón de risas y carcajadas, que siempre estarán presentes en mi vida.
Cuando mis nietos me pregunten quien fue mi primer amor, no quiero señalarte a ti en la misma habitación y decir: él. Solamente quiero decir tu nombre, y estar orgullosa de recordar todo lo que vivimos.
De esto saco los mejores años de mi vida, y con ello, una de las mejores personas de este puto mundo.
Hoy vas a reírte hasta de ti y vas a darte cuenta, que lo has logrado, que ya lo has olvidado. Hoy vas a conquistar el cielo sin mirar lo alto que queda del suelo.
Que, aunque se marche, el recuerdo permanece. Y las personas importantes que pasan por tu vida nunca van a dejar de estar en ella, como mínimo, a través de cientos de recuerdos con los cuales debemos sonreír, porque tuvimos tanta suerte de vivirlos.
ResponderEliminarGenial, como siempre :) me identifiqué mucho
Un abrazo enorme!
Me identifiqué un montón :)
ResponderEliminarMe encanta tu blog, definitivamente te sigo
ResponderEliminarseguime http://lifeisanonstopparty.blogspot.com/